III
No habla, no responde, no pregunta,
se oculta entre las sábanas,
en el cuarto de baño,
en la cocina, en medio del bullicio.
Sola en su soledad
de un viernes por la tarde,
de un refugio morado
en los ojos del miedo.
No habla, no responde, no pregunta,
quiere ser invisible.
Disfrazada de nadie hace la compra,
disfrazada de nadie hace la cama,
disfrazada de nadie se levanta, se acuesta,
limpia el baño y plancha los silencios.
Disfrazada de nadie ordena los armarios,
mientras que las ideas
duermen en un cajón.
Disfrazada de nadie las palabras
suelen ser peligrosas,
las caricias resultan imposibles,
se congelan los besos
del manantial sagrado
y no se reconoce
cuando miente el amor.
No habla, no responde, no pregunta,
está buscando desaparecer.
Quién sabe, acaso un día
le nazcan nuevas alas a la duda
y ella pueda -por finaprender
a volar.
|